Joiner Bernavil es un escritor venezolano que ha cultivado su poesía como forma expresiva para soltar la tristeza y convertir el recuerdo de su abuela en arte.
Nació en Maracaibo, en 1996. Es el mayor de dos hermanos. Hijo del exboxeador Jois Benito Villasmil Parra y la licenciada en educación mención Ciencias Sociales, Maribel Trinidad Villasmil Ordóñez.
Estudio su licenciatura en comunicación social mención Desarrollo Social en la Universidad Católica Cecilio Acosta (UNICA) de Maracaibo. Se destaca como uno de los poetas zulianos con mayor visibilidad y crecimiento desde la fundación de la Organización literaria J. Bernavil para los pueblos del Mundo, Grupo que además de ser literario se registró como Firma editorial desarrollando varios programas de publicaciones desde el 2020, como compañía que emite la realización de Concursos literarios y como escuela de escritores online, la primera del occidente del país en este estilo.
Anualmente se lleva a cabo el Concurso J. Bernavil en honor a su trabajo y al de la familia editorial que representa, acumulando premios con la participación de más de 500 poetas que se acercan a las actividades de la editorial provenientes de todos los países donde se habla español y desde donde la firma editorial J. Bernavil realiza sus labores. Así mismo, trabaja en el impulso de la competición cultural más concurrida en Venezuela por poetas internacionales y nacionales en homenaje a Oscar Wilde, llamada Competencia Poética Oscar Wilde.
Al mismo tiempo desarrolla actividades literarias con excelente repercusión en Chile, llevando a cabo el Concurso Nacional de Poesía Gabriela Mistral, evento que se prevé realizar anualmente con el objetivo de propiciar la consolidación de valores culturales en Chile. Otras actividades destacadas se relacionan con los concursos bienales, Premio Mi libro en Casa de Luz, España y el Concurso Audiovisual Armando Rojas Guardia.
También se desenvuelve como tallerista en la escuela de escritores de la editorial, Academia Bernavil de la Literatura Hispánica (ACAHISVIL).
A su corta edad de 26 años tiene en su haber un primer poemario titulado Poemas que nunca vivieron (2021) y ahora Un Ángel me dice que le escriba (2022), esto sólo tomando en cuenta las obras oficiales terminadas, manteniendo inéditos y bajo proceso creativo una amplia selección de escritos en los géneros de poesía, cuento y novela que estará publicando a lo largo de toda su vida.
Existimos
Me disperso en la súbita despedida jamás planeada
En el aliento cálido de los que no volverán
Una vez más bajaré por el risco
Sufragando en coplas indescifrables
que solo conoce tu pensar
Enlazaré mi espíritu a un árbol
Lo escalaré hasta el final
Crearé una puesta de sol para mí
Con los brazos de otro haré un nido
Sin lucerna alumbraré el paraje y su vacío inextinguible
Cerca siempre del fuego
Recolectaré mi ego en un charco
Emocionado, pero sobre todo triste
Ahogaré las ilusiones como un asesino a su víctima indefensa
Volaré a lo alto sin mirar el abismo y
volveré a bajar para recogerme.
Aunque al volver
mis manos no existan
no olvidaré a la virgen de la pared.
Al reloj con forma de búho
A la ventana que no cerraba
No dejaré los pisos de cemento,
los de arena ni los techos rotos por el óxido.
Tampoco la lluvia con tu sonreír eterno
Donde lo cliché es magia: pura e infinita sonrisa
Sentiré el hormiguero en los pies
En las paredes estará tu nombre
Una vez más fumaré aunque no sepa en tu recuerdo,
en el Lago que me lleva
Y reuniré a los cóndores antiguos
porque son mis esclavos
Las arañas aman mi camino
Los encierros y silencios se inclinarán cuando me vean
Las camas de los que vivieron se levantarán
El agua no hará falta, la humedad vendrá
Sobre un piano viejo crecerá mi alma
Se incrustará en las teclas que no suenan ya.
Puerto de omisión
El calor de las velas sacude el puerto
Las sombras se queman en los días olvidados
Los demonios caminando hacia atrás huirán
Se hundirá la carabela de mi corazón
en el famélico ensombrecer de tu fin
El mundo girará ciego una vez más
Y de sus ruinas emergerá su familia
En un monte adorado sacrificarán el legado
Danzaré y adoraré al que puede más que yo y es Dios
Porque mi lengua tirita mentiras
Suena como el suicidio que la vida anuncia al nacer
Limpia como una herida y como la sed de un gentío sin guía
Oh, existir en la tosquedad
Y al distinguir me paro frente al risco que no he bajado, sin alas, sin nadie, sin mí.
Tardes
Y esta luz que se otoña
En la carta, en la mesa
Sobre un mundo de hojas
Un silencio de aves, no es más que una pena
donde arde la higuera del desolado corazón
Si en la memoria hay espejos
En una tarde amarilla me tocará recordarte.
Tal vez la vida es
Un cielo muy negro
Es el remedio de un abuelo
Una ola de recuerdos, el sendero que los pies hicieron
El delito nocturno de leer el futuro
Un dolor de cabeza cuando llega…
Los caballos dorados que descienden al hielo
por el manto concreto de un humano hambriento
Tal vez la vida es un lugar
Un anhelo
Un recuerdo
El camino es eterno.
Joiner, me encantaron tus poemas, llenas de significado, expresivas, nostálgicas, románticas, que la prosa maravillosa en tus manos siga surcando caminos. Felicitaciones.