Carmen Cristina Wolf: «El arte es una manera maravillosa de transmitir amor»

Carmen Cristina Wolf nació en Caracas, Venezuela. Poeta, ensayista y editora. Abogado graduada en la Universidad Católica Andrés Bello con estudios de Gramática española y Ontología del Lenguaje. Es Locutora con título obtenido en la Universidad Central de Venezuela.

Actualmente su ocupación principal es la de ser escritora, gestora cultural, correctora literaria, asesora en publicación de libros. Imparte talleres de escritura. Es Directora del Círculo de Escritores de Venezuela y Miembro Correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua. Obtuvo la Medalla Internacional de Poesía “Vicente Gerbasi”.

Nos conocemos desde hace tiempo. Carmen descubrió las iniciativas del Grupo Bernavil como fiel lectora y audaz investigadora. Se topó con algunos de nuestros autores y libros en Caracas. Para ella era distante el mundo de la poesía en el Zulia, pero su luz le impregnó la mirada, le llamó la atención, y así comenzó una amistad que nos ha llevado a promover el buen hacer literario y a admirarnos mutuamente sin importar que estemos de un extremo a otro, geográficamente hablando.

Su cercanía con las flores, la lluvia, la música, el majestuoso Ávila y la poesía, la hacen ser un cóctel de sabiduría y de riqueza cultural. Hoy la conocemos en íntimo a través de una entrevista que busca indagar sobre sus sentires.

La entrevista

¿De dónde viene su pasión por la poesía?

Mi infancia transcurrió entre personas aficionadas a la lectura. Mi abuelo materno era maestro de gramática y siempre lo recuerdo leyendo. Mi madre amaba la lectura, leía a los clásicos y citaba poemas de memoria, de Andrés Eloy Blanco, García Lorca, Tagore, Rubén Darío, Becquer… De allí viene mi amor por los libros y por la poesía.  A los doce años me refugiaba en mi cuarto para leer libros. Algunos de ellos casi no los entendía, por ejemplo, “El retrato de Dorian Gray” de Oscar Wilde, “Siddhartha” de Hermann Hesse, Doña Bárbara de Rómulo Gallegos… Como mis hermanos eran varones, jugaba sola casi siempre, supongo que eso me llevó a inventar personajes con los cuales hablaba. La imaginación es una caja de maravillas.

¿Cuál ha sido su gran amor?

Siempre recuerdo aquella frase de San Agustín, “La medida de amar es amar es amar sin medida”. No hablo de un solo amor, porque mis amores son la familia, los amigos, el país y la escritura. Nuestra sociedad atraviesa hoy por grandes fracturas de valores, una de las fallas radica en la falta de formación de los niños, no se les enseñan la importancia del bien común y el arraigo a nuestro país. Mas volviendo a los grandes amores, amo la escritura como la manera de comunicarme en libertad.     

¿Cómo construimos el país desde el arte?

El arte en sus distintas manifestaciones nos da a comprender la visión y anhelos de las personas y  promueve el diálogo entre las generaciones. ¡La vida sería tan pobre si no existiera el arte! Nuestro país, pese a la alta migración, presenta una gran riqueza en cuanto a la obra de escritores, artistas plásticos, artes escénicas y teatrales. Hay una efervescencia, los escritores y artistas están en permanente creación.

¿De dónde viene su inspiración poética? ¿Cree que para escribir debemos esperar que llegue la musa?

No creo en la inspiración para escribir. Tú puedes sentirte conmovido por un acontecimiento, una experiencia, un paisaje, una mirada, un poema que escuchaste o leíste. Si no te decides a escribir, no lograrás nada. La escritura requiere aprendizaje, voluntad y constancia. Considero interesante que los buenos escritores impartan talleres de literatura y de escritura creativa. Asistí a  talleres de poesía mística de Armando Rojas Guardia, y a un taller de mitos y poesía de Ida Gramcko, les agradezco profundamente. Cuando leo no solo por el placer de leer, sino también con una visión crítica, me vienen a la mente poemas e historias.

Siempre digo que escribir puede ser una manera de confesarse ante uno mismo, de reconocerse. Para algunos es una especie de catarsis. En un cuento creé un personaje a quien le peguntan qué busca con el acto de escribir, él responde: «Escribo porque no sé hacer otra cosa»

Con el tiempo escribir de un divertimento pasa a transformarse en un deseo de trascender más allá de lo efímero. Se intenta fundar un reino perdurable. Puede ser el espejo que refleja alguna de las innumerables facetas del ser íntimo y de aquello que nos rodea.

¡Cuente cómo se creó el Círculo de Escritores de Venezuela!

El Círculo de Escritores de Venezuela se funda en 1989, fruto de la iniciativa de un grupo de destacados escritores venezolanos. Creada como una asociación sin fines de lucro, se planteó promover y difundir la literatura venezolana, apoyando la edición de libros y la organización de lecturas, seminarios y recitales.

Actualmente contamos con un presidente que apoya las iniciativas del Círculo, se trata de Edgar Vidaurre Miranda, poeta ensayista, músico y editor. Y con una directiva que nos enorgullece: Magaly Salazar Sanabria, Lidia Salas, Yoyiana Ahumada, Farah Cisneros, Ildemaro Torres y mi persona. Recientemente el Consejo Consultivo cuenta con Gisela Cappellin, nueva presidenta.

Se han establecido alianzas con institutos universitarios, medios de comunicación y organizaciones dedicadas a fomentar al arte y la cultura. Su revista web es muy consultada, y nos mantenemos actualizados a través de las redes sociales. Continuamente recibimos solicitudes de autores que desean ingresar. Es una comunidad que nos permite saber lo que los escritores publican, las traducciones de libros y las críticas que se generan.

Es gratificante leer a los jóvenes y saber sus opiniones sobre diversos temas de actualidad.

¿Cómo fueron los tiempos de oro del Círculo de Escritores de Venezuela? En aquellos años de prosperidad económica, en sus inicios…

Puedo decir que se publicaron más de doscientos libros y con mucha frecuencia se celebraban eventos, bautizos de libros, homenajes, charlas sobre distintos temas. Durante años contamos con  librerías, teatros y galerías de arte de instituciones para realizar los eventos. Publicar libros resultaba más asequible y teníamos los medios para editarlos.

Hoy en día agradecemos profundamente a la Librería Kalathos de Caracas y a la Sala Cabrujas de la Fundacíon Cultural Chacao por su generosa disposición de cedernos sus espacios. 

¿Qué le preocupa en la actualidad?

Me preocupa mucho la educación de los niños y adolescentes en Venezuela. Una educación deficiente forma seres humanos con carencias profundas. Bien sé que el aprendizaje sobre ser un buen ciudadano y una persona que respete los derechos humanos se imparte en el hogar. Pero es esencial la educación que reciben nuestros muchachos de maestros calificados para su desarrollo personal en la sociedad. Los problemas que confronta desde hace varios años nuestro país, no solo provienen de las circunstancias políticas. Los pueblos que se dejan manipular son fruto de una educación deficiente en el hogar y en las escuelas.

Según usted, ¿cuál ha sido el mejor poema  de su autoría? El que usted diría que la marcó para siempre.

No quisiera tener que elegir, los poetas nos enamoramos de nuestros versos, incluso un amigo escritor me decía que cuando me gustara mucho un poema mío, se lo diera a leer a alguien de buen criterio y de mi confianza, él podría darme una opinión imparcial. Y recomiendo a los poetas jóvenes que no publiquen sin haber guardado el manuscrito un tiempo. Me ha pasado a mí, que dos de mis libros los he revisado y he cambiado algunos versos.

Elijo un poema porque tú me lo pides, pero si eligiera los que me gustan no terminaría nunca. De mi libro “Atavíos”, publicado por la editorial El Pez Soluble:

ATAVÍO DE LA PALABRA

Algunos días llevo el golpe de la calle

                        ya no escribo como antes

los verbos peso, mido y aquilato    

            en el mundo la libertad está asediada.

Bajo mis pies la espuma dibuja frías panteras

se enrosca en mis tobillos como una serpiente de plata

                  Cuánto duele la piel de la palabra

                  desnuda ante la piedra    

                  antiguos cantos  surgen en el fondo de mis sienes.

¿Y cuántos libros tiene publicados hasta la fecha?

Son diez. Serían tres o cuatro más que conservo inéditos.  Fragmentos de isla (Ed. Poiesis 1983), Atavíos (Ed. El Pez  Soluble 1993), Canto al Hombre (Ed. Cármina 1996), Canto al Amor Divino (Ed. Cármina 1997), Prisión abierta ( Ed. Al tanto 2002), Escribe un poema para mí (Ed. Círculo Escritores Venezuela 2001), Retorno a la Vida (2005), La llama incesante (E. Diosa Blanca 2014), Vida y Escritura, ensayos (2015), Donde no cuenta el tiempo (Ed. J. Bernavil 2023).

Selección de mis poemas han sido publicados en: Metapoéticas, Antología de poetas hispanoamericanas, selección de Margara Rusotto, Editorial Pre-Textos.  ELLAS, compilación de Amanda Reverón, Editorial Dos islas. Edición en cinco idiomas. Antología de poetas del Círculo de Escritores de Venezuela. Caracas 2005; Travesías del alma. Editora: Verónica Amat. Trilce Ediciones, Salamanca 2015. Huésped del amanecer,  Ediciones Universidad Nacional Abierta, Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez y Museo Abierto para el Mundo, 2015. Arca de los afectos, Antología de varios autores, de Alfredo Pérez Alencart. Editorial Verbum, Salamanca 2013.  V Antología de la Asociación de Escritores de Mérida, Octavo Encuentro Internacional de Escritoras. Mérida 2008. Voices take flight in the reflection of the fallen stones. Antología varios autores, textos ingles/español. Compilación de María Gabriela Madrid. Charleston 2015. A voz limpia. Antología de varios autores, textos en inglés/español. Melbourne 2017. Pasajeras, Editorial Lector Cómplice 2020. Hacedoras 2021 (Editorial Lector Cómplice). Homenaje al Dr. José Gregorio Hernández, antología de poemas 2021. Antología El dulce ron que nos embriaga, 60 poetas de Venezuela y de Canarias publicada en Canarias,  2022.

¿Qué es el éxito para Carmen Cristina Wolf?

No pienso para nada en el éxito. Rafael Arráiz ha escrito recientemente que hoy en día la poesía es el género literario menos leído y coincido con su apreciación. En el siglo XIX era el género favorito de los lectores y los poetas conseguían mecenas que publicaban sus libros.  

¿Qué espera que le sorprenda en los próximos años?

Un país donde las mujeres y los niños vivan sin carencias y con dignidad, con libertad de expresión y con derechos políticos plenos.  Es a lo más que puedo aspirar porque sobre las guerras actuales no podemos hacer nada.

También publicar mi libro de cuentos y nuevos poemas.

¿Cómo se siente el duelo migratorio desde el corazón de una madre?

Es un dolor que sufren la mayoría de las madres venezolanas, una nostalgia permanente. No es lo mismo que los hijos quieran vivir en otro país porque les guste, y que los padres puedan viajar a visitarlos. La mayoría de los jóvenes se van soñando con una vida mejor. El esfuerzo económico que debemos hacer para viajar es enorme y tenemos que conformarnos por hablar a través de las pantallas del celular.

¿Qué es lo más valioso en la vida para usted? Después de madurar y entender la existencia desde una perspectiva amplia a través de sus vivencias.

Lo más valioso para mí es la familia, mi país y los amigos. Mi misión actual es enseñar a los jóvenes lo que sé sobre la poesía venezolana e hispanoamericana y continuar como editora de la revista del Círculo de Escritores de Venezuela, que es una ventana para publicar a narradores, ensayistas y poetas.  Para eso son magníficas las redes sociales.

¿Y el amor dónde cree que está?

Dondequiera que miro siento amor, no sé lo que es el resentimiento ni la lamentación que solo conduce a la desdicha.  Yo vivo enamorada de la música, el arte, el encanto que encuentro en mi gente venezolana. Y también de muchos extranjeros que han sido acogidos con cordialidad.  Agradezco la espiritualidad que me han brindado las enseñanzas del cristianismo,  creo en la trascendencia del alma y esa certeza tiene que ver con mis experiencias personales. 

Me aparto de las ideologías que tanto dividen y son fuente de discordia.   El arte es una manera maravillosa de transmitir amor. Sin el arte la existencia será de una pobreza extrema.

Estoy convencida de que ser feliz es una decisión que se renueva día a día. Las dificultades y la certeza de la finitud son una realidad que hay que afrontar con templanza. Parte de la felicidad reside en escribir.   Escribir para mí es una necesidad, un ritual,  una ceremonia y también en un juego a veces inocente y en ocasiones  trascendente. Cuando escribo abro una partida de cartas conmigo misma y con el lector, y la partida es infinita

Le diré una sola palabra y usted entonces me responderá: Venezuela

Mi país es una vocación de servicio y una pasión. Solo eso puedo decirte.

Redacción y entrevista al cuidado de Joiner Villasmil 

2 comentarios en “Carmen Cristina Wolf: «El arte es una manera maravillosa de transmitir amor»”

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