María Esthela Martínez, nacida en San José de Perijá, estado Zulia, es arquitecta, magíster en Gerencia de Proyectos, docente e investigadora universitaria. A lo largo de su trayectoria académica, ha demostrado un firme compromiso con la educación superior y el desarrollo del conocimiento científico. Es autora de obras didácticas como Geometría (2013), publicada por el Fondo Editorial URBE, y Geometría – Modalidad a Distancia (2016), diseñada y editada por los Estudios a Distancia de la Universidad Rafael Belloso Chacín (URBE), donde ha ejercido como profesora e investigadora. Su trabajo en el campo de la investigación le valió el reconocimiento del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología y del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, siendo distinguida en 2015 con el estatus A–1 del Programa de Estímulo a la Innovación e Investigación (PEII).
En el ámbito literario, María Esthela Martínez ha cultivado una voz poética delicada e introspectiva. Ha publicado los libros Desarmada en silencios y Volver a latidos de tankas, ambos editados en 2022 por la Editorial J. Bernavil en Maracaibo y registrados en la Cámara del Registro de Escritores de Argentina. Su obra ha sido consistentemente reconocida en certámenes internacionales: ha sido finalista en múltiples concursos organizados por la Editorial J. Bernavil, incluyendo las competencias “Oscar Wilde” (2022 y 2023), el “Premio Mi libro en Casa de Luz” (España, 2021) y el IV Concurso Internacional de Poesía en homenaje a la poeta Beatriz Vallejo (Argentina, 2023). Además, sus relatos han sido seleccionados en convocatorias organizadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para integrar las antologías Ya estoy de vuelta, pero siempre hay otra vuelta (2023) y Una parte de mí (2024), editadas por el Ministerio de Cultura argentino.
Como parte activa de la comunidad literaria, forma parte de la Sociedad de Escritores Zulianos, el Registro de Escritores de Argentina y el Registro de Autores Venezolanos en Argentina. Su doble vocación como científica y poeta la convierte en una figura singular del panorama intelectual contemporáneo, conjugando rigurosidad académica con sensibilidad artística.
Poemas del libro Desarmada en Silencios
Por ti
Con el azul de tus ojos
las estrellas viven agitadas se arremolinan con un lucero
pasean en la negra madrugada Las eclipsa tu mirada
y te siguen a su antojo Con celo susurra los labios de la luna
espera un beso con desespero amarte sin miedo y sin medida
todas las noches de su vida.
Fuego apagado
He venido a recoger lo que ha quedado
Caen el silencio de la noche
esparcidos como pétalos solitarios tiñendo todos mis huecos
y esta soledad desgarro a paso lento
en el mundo de mis pedazos
se alimentan con el sueño
Quedan en un desierto de cenizas heridos,
con la última brasa del fuego apagado.
A veces me miro
A veces salgo de casa
del crujir de mis huesos
Miro la casa, la casa me mira todo es estruendo con eco
me alejo de mí
una casa en silencio, está vacía
soy mi único hueco Este es el interior de mi casa
el vacío de mis sentimientos
único lugar que nadie abraza.
Naufragando en el silencio
El sol se esconde en el mar que brilla restos de un naufragio rema al azar
las olas se apuran por llegar a la orilla
Golpean los te amo escritos en la arena en la playa de mi piel se fugan los recuerdos
ahogando tu promesa
sintiendo los versos sobre el viento Soy un simple navío que naufraga
en la profunda oscuridad del silencio donde navegan mis pensamientos.
Alma Valiente
Me esconderé en los sueños y que los ecos sean un vuelo de senderos turbulentos
Cuando venga mi muerte enterrar mi alma valiente
Volaré hacia la noche
si nadie viene a buscarme Escribiré versos en el cielo si nadie viene a amarme
que muchas veces
ni yo he sabido abrazarme.
Tu presencia
Tu presencia fue más que tu ausencia que estés en mí fue mi perdición
terminé en ti, me olvidé de mí
Me trajiste de vuelta a mi respiración y te estás escapando, desvaneciendo en cada vena de mi corazón
Te sales de mi alma y te lanzas al rincón de los mares que beben tu olvido
Tenía sed, me sequé en tu presencia.
Redacción editorial