Coromoto Mijares lleva años como colaboradora con artículos de opinión en importantes periódicos de su ciudad adoptiva, Valencia, mientras desarrollaba en la radio carrera como productora independiente y moderadora; pasa el tiempo en sus compromisos familiares. La llevan a otros derroteros y su conversión al Evangelio la conduce a viajar por su país y a varios países de Latinoamérica como predicadora.
En una edad avanzada se inicia un proceso en donde lucha contra el cáncer saliendo vencedora en dos oportunidades; en el ínterin decide dejar un legado y es cuando comienza a escribir su primera novela “Locura de Amor Otoñal” al finalizar comienza con un poemario con más de Cien poemas mientras comienza “La Heredera de la abuela” y “La otra cara del cáncer” (esta con el objetivo de mostrar que si se puede vencer al cáncer; hacer cosas positivas y como apoyo a pacientes y familiares del paciente oncológico) mientras se mantiene activa en las diferentes redes sociales compartiendo su experiencia y apoyando a familiares y pacientes.
INSONDABLE AMOR
Se esfuerza mi razón
por comprender,
¿Qué misterio te llevó
a mostrar tan insondable
amor?
Por mucho que lo pienso
y reflexiono
qué méritos pude hacer
yo, humilde pecador
para que tú
el Creador del Universo
cambiarás mi pecado por la cruz
¿Qué pensabas en esos momentos?
no, no me respondas
lo sé, tú pensabas en mí
Mientras yo te daba la espalda
y gozaba del engaño
y las mentiras que el mundo
me ofrecía
¡Cuánta arrogancia!
¡oh! Cuán necio era
pensar que no necesitaba de aquél
que conoce el número exacto
de las lejanas y brillantes estrellas
Mientras tú te arrastrabas
rumbo al Gólgota
para ofrecer de tu sangre
hasta la última gota
Qué pesada fue la cruz
y lo pesado no era tanto
la madera
sino que en esa cruz
que tú cargabas
llevabas mi pecado indolente
mientras yo, en mi ignorancia y desenfreno
me reía a carcajadas y festejaba
tú con amor insondable
la paga de mi pecado soportabas,
sobre tu sangrante y llagada espalda
y por si fuera poco,
en vez de castigar mi osadía
retumbó en el silencio
del calvario
“padre perdónalos porque
no saben lo que hacen”.
El día que tú me encontraste
el día que tú me perdonaste
Cuando del lodo, tú me levantaste
y me llamaste hijo
Y con ternura mi pecado perdonaste
pude entender… pude comprender;
porque fui inundado
de tu insondable amor.
TUS OJOS
El día en que te vi,
Tus ojos me sonrieron.
Sí, tus ojos, porque cuando sonríes,
Tus ojos sonríen primero.
Llegaste como llega la brisa de la playa,
Despeinando muy suave mi cabello;
Soplando sobre la tristeza,
que inundaban mis ojos.
Te miré y lo supe,
Te miré y no dudé;
Eras tú, eras aquél a quien yo esperaba;
Eras aquél por quien por mí esperabas.
Y tu mano muy tibia se tomó de la mía,
Y juntos emprendimos este viaje de amor,
Que dejó atrás a la melancolía.
Ámame, ámame como yo te amo;
Como se aman el mar y la playa.
Ámame, como se aman el sol y el horizonte,
Que tienen una eterna cita;
Cada tarde y cada mañana,
Se encuentran, se besan y siguen adelante.
Ámame, como si fuera tu primera vez;
Ámame, que igual yo así te amaré;
Y cuando estemos viejos,
Yo tomaré tu mano,
Recorreré tu cuerpo;
Y éste gran amor,
Siempre reviviremos.
EL HOMBRE QUE YO AMO
El hombre que yo amo,
Es música, es canción;
El hombre que yo amo,
Es roble y bambú;
Y aroma de sándalo exhala por su piel.
El hombre que yo amo,
no me ofrece una estrella;
Me toma de la mano,
Y me remonta al cielo,
para jugar con ellas.
El hombre que yo amo,
Es tan fuerte como el acero;
Mas cuando miro sus ojos,
La mirada de un niño,
Se esconde en su entrecejo.
El hombre que yo amo,
Es ola que golpea contra el acantilado;
También es suave ola,
Que besa la playa con tanta ternura,
Que la orilla espera ese beso de amor,
Que viene y se va.
El hombre que yo amo,
me remonta a la cumbre
Y en suave vaivén,
Bajamos a los montes,
esparciendo el aroma del amor.
El hombre que yo amo,
Me lleva tatuada en su piel,
viviendo en sus ojos,
Y soy como un sello en su corazón.
Así, que si lo ves dile cuanto lo amo;
Dile cuanto lo espero,
Dile que desespero,
Por tenerlo entre mis brazos.
Al hombre que yo amo.
YO
Tatuaste tu nombre
Con tinta indeleble
En lo más profundo
De mi corazón
Es por eso que,
Cuando he tratado de borrarlo
mayor es el dolor
Mas, no quiero que regreses
borraré tu nombre
La única manera
Es tatuando otro nombre
Lo he encontrado
Ya lo he tatuado
Solo son dos letras: YO
Tormenta en el alma
En la noche oscura y fría
el viento sin piedad aúlla
mientras dentro de una casa
con ternura… una madre arrulla
!Oh! vivido contraste
Entre la furia del viento
y el amor de madre
Tal cual es el contraste
entre mi grande
y confiado amor
y tu vil y cruel traición
La furia del viento
y de la lluvia
Amenazan con ímpetu
a su paso, todo destruir
Tal cual quedó mi vida
Cuando ante tu traición
tuve que huir
Bien es cierto
que hoy vago, errante
Buscando un puerto donde anclar
y cuando pasada la tormenta
Será un final
y un volver a comenzar.
Espectacular 👌 hermosos poemas dios te bendiga 🙏 😘 😉
Qué bonitos poemas me gustó mucho. Yo. tus ojos. El hombre que yo amo. grácias Querida Coromoto por compartir tus escritos
Hermosos poemas. El que más me gustó fue «Yo»; expresa, poéticamente, cuánto puede extraviarse alguien en el proceso amatorio.
Excelente. Felicidades. Hermosos poemas. Gracias por este maravilloso aporte.