Poesía libre de Daniela Marín Valladares

Daniela Marín Valladares, tiene 32 años y su hogar está en Puerto La Cruz, Anzoátegui. Su vida ha sido un constante ir y venir entre la ciencia y las letras. Se graduó en Enfermería e Ingeniería Ambiental, y ahora se encuentra inmersa en la Psicología, buscando entender las profundidades de la mente humana. Esta diversidad de estudios refleja su curiosidad insaciable y su deseo de comprender el mundo desde múltiples perspectivas.

            “Los libros han sido mis compañeros inseparables desde que mi madre me regaló mis primeras historias. La lectura me ha abierto puertas a mundos inimaginables, y la escritura se ha convertido en mi forma de expresar lo que llevo dentro. Mis palabras son un reflejo de mis emociones, mis pensamientos y mi visión del mundo. Sueño con que mi poesía y mis escritos encuentren eco en la mente de quienes los lean, que mis letras puedan tocar el alma de alguien más”.

            “Mi espíritu creativo se manifiesta en cada palabra que escribo. Busco plasmar mi visión única del mundo y conectar con los lectores a través de mis historias. Anhelo que mis letras trasciendan las fronteras y encuentren un lugar en el corazón de quienes las descubran. La lectura y la escritura son mi forma de dar sentido a la vida, de explorar las profundidades de mi ser y de compartir mi perspectiva con el mundo”.

Un atardecer contigo

Tengo miedo de soltarme en tus brazos, descansar en tu pecho y el tiempo se convierta en un susurro, tengo miedo de que tu corazón toque la puerta de mi oído y galopando con paso firme se asiente con el mío, como tribu danzante, bajo destellos de estrellas y fuego crepitante, un cantico, una melodía hacia el cielo, retumbando en las paredes de ese ser que solo quería pasar una tarde en la dulzura de tus pechos, comodidad de dioses que junto a la música creada por el amor, se convirtió en mi templo y tengo miedo de dejarme fluir.

Destierro

Me da miedo morir en el olvido, que me visite la muerte y se convierta en mi amiga, al darse cuenta de la soledad en la que me anido, se siente y se tome un café preguntado, ¿Por qué el exilio amigo mío? Y yo sin una respuesta concreta, me daría cuenta de la condena en la que me he sometido.

El flagelo de la empatía

La injusticia pasea como sociópata dentro de cuerpos carentes de calma, son aquellos consumidores de consuelo, en lugares inanimados y con riesgo de extinción. Se hacen pasar por modelos de lo justo, donando pequeños gestos de afecto a seres desesperados, en su búsqueda perpetua de algo genuino, algo que los haga sentir reales.

Narcisa

Palabras inspiradas por la persona incorrecta, versos sinceros de amor impalpable para un alma que no sabe de afecto, solo mira su reflejo en un espejo donde practica un amor llamado forastero fuera de los límites de su marco.

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