Dolores Castro fue profesora de literatura en la Universidad Autónoma de México, la Universidad Iberoamericana, la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, la Escuela de Escritores de la SOGEM y en las escuelas de Bellas Artes de Veracruz, Cuernavaca y Estado de México, entre otras instituciones.
Fue productora de programas radiofónicos. También condujo el programa Poetas de México en el Canal 11 con Alejandro Avilés. Colaboró en la dirección de Difusión Cultural de la Universidad. Fungió como redactora jefa y colaboradora de Barcos de Papel. Fue miembro del consejo de redacción de Suma Bibliográfica. Fuensanta, La Palabra y El Hombre, Nivel, Poesía de América, Suma Bibliográfica, y Revista de la UIA. SU poemario ¿Qué es lo vivido? Obtuvo el Premio Nacional de Poesía de Mazatlán en 1980.
Ganó el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Literatura y Lingüística, 2014. En 2008, el INBA le rindió un homenaje por sus 85 años de vida. En 2014, el INBA le rindió homenaje con la presentación editorial Dolores Castro, 90 años: palabra y tiempo.
Ha sido durante décadas maestra de muchas generaciones de poetas. Formó también parte del grupo Ocho Poetas Mexicanos, integrado por Alejandro Avilés, Roberto Cabral del Hoyo, Javier Peñalosa, Honorato Magaloni Duarte, Efrén Hernández, Octavio Novaro y Rosario Castellanos.
Actualmente el Grupo Bernavil Internacional le realiza un homenaje tras llevarse a cabo la convocatoria del III Concurso Internacional de Poesía J. Bernavil 2022 en homenaje a su nombre, a su poesía y a la de los poetas mexicanos.
***
II
A plomo cae
el sol,
bajo los pies el polvo
que con cada pisada se alborota.
A campo abierto va
aventurándose entre los matorrales
para encontrar los nidos.
Adivina
en el volar de los futuros pájaros
su vida.
Sus seis años son una
partícula de polvo
suspendida
en rayo de sol.
En el silencio
irrumpe
la voz del padre
***
Reflejos
Bullir, palabra antigua como mi recuerdo.
Búllete, decía la madre de mi madre, mujer traslúcida
y bullente como el hervor del agua.
Esa palabra del español antiguo
parecía elevarse, fluir en el espacio
de la niña
que observa como vuelan las moscas
en vez de acomedirse
a servir.
El vuelo de las moscas,
el vuelo de las niñas, con espacio más amplio pero sin alas, huye por los aromas,
intenta no caerse del nido
y elevarse
mientras escucha,
o se contempla
en el charquito que dejó la lluvia
en el patio.
¡Búllete, niña, acomídete, búllete.
No te quedes allí!
¿Bullirse, o reflejar el torrente del mundo?
***
Tríptico
I
Detén este cordel mientras los ato. Deben atarse bien
de dos en dos
dedos pulgares.
Sólo te digo que tengas el cordel,
no que lo mires a los ojos.
Sólo se trata de colgarlos de los dedos
y que hablen.
II
¿Y qué quieres?
Éste no habla. Éste
es de esos desgraciados
que se tragan el miedo
de un bocado.
III
Duelen los dedos, duelen
los pulgares.
Y sigue este dolor hasta los dedos
de los pies.
Y duele
que se acerquen a ver cómo nos duele
y duele
que esto
ya no le duela
a nadie.
***
3
Volverá el polvo al polvo,
caerán desmenuzados los cabellos
como último baluarte de mi cuerpo.
Te esperaré a la orilla,
en los maderos rotos de mi cuerpo.
Al tomarte la mano, pobre muerte,
tan antigua, tan niña,
palpitará en tu sangre
la madura inquietud de cada día.
Romperás secos lazos
recostada en la hierba de tu sueño,
te embriagarás en angustioso canto
de la noche primera.
Te llegará en latidos de mis ansias,
la frescura del agua tan lejana
la voz, y el sonido
de la vida que evita tu llamada.
Y morirás de amor,
del mismo amor que apagará la hierba.
Y morirás de viento y de tristeza,
cuando fría mi sangre
no transmita a tu cuerpo,
el calor que robamos a la fragua.
Y cuando de nosotros
no quede ya en la tierra
más huella que la ardiente de tu estancia,
volveremos al polvo
que al cubrir este canto
lo perderá en la noche de su huella.
***
La sangre derramada
Al borde del camino
lo encontramos
el mismo pantalón, la blusa blanca:
sobre su espalda
amapola de sangre.
Llaman de gracia al tiro
que enmudeció su boca,
ahogó su amor
y me dejó baldada.
El estallido
de aquel tiro de gracia
aún retumba
y aúlla en el aire, aúlla.