Byron Andrés Llanos Carreño es músico y escritor chileno. Licenciado en Artes Musicales y profesor de piano, ha desarrollado una amplia trayectoria como pianista en escenarios y giras internacionales, además de trabajar como músico de sesión. Su música fusiona rock progresivo, jazz y música clásica. Como escritor, ha publicado cuentos de horror y poesía en antologías internacionales. Su obra explora emociones intensas y paisajes oníricos, combinando sensibilidad artística y técnica para crear experiencias sonoras y literarias únicas.
Mujer Descalza
Bajo los rayos de un sol moribundo,
te veo descalza, en luz violeta,
en un campo que llora por el fin del día,
que iluminaste con tu silueta.
Te miro y te observo,
trato de descifrar tu alma.
Tus ojos inhiben mis intenciones
y me atacan, como si fueran un arma.
Pese a ello, me dedico a contemplarte,
viendo cómo caen las hojas de tus ramas,
caen hasta tus raíces, fecundan con la tierra
y crecen ardientes como llamas.
Mujer madura, mayor y dominante,
tu piel morena coincide con la penumbra.
Te he odiado y amado tantas veces
y ahora solo me queda contemplarte.
A través de este apocalipsis crepuscular,
verte y locamente, en silencio amarte.
Posesión
¿Como sé que aún sigo vivo?
Porque me duele al pensarte
La muerte hubiera sido mejor regalo que tú indiferencia
¡Corta ya el hechizo!
Creí que te saqué de mi corazón al escribirte…
Pero la verdad es que no
Vives adentro mío.
Me poseíste, vilmente, cuando me miraste por primera vez
Desde ahí que estoy maldito
Ahogado y endemoniado por tu delicado y desinteresado afecto.
Insisto, era preferible la muerte, que vivir este lamento
Me inquieta saber que no aparezco ni en tus pesadillas.
¿Qué libro o que maleficio tendré que hacer, para que salgas de mi vida?
¿Qué sacrificio tendré que realizar para que me dejes de controlar?
¿Qué biblia o agua bendita me podrá sanar?
Si ni la muerte me quiso llevar
Si ni tu corazón reacio de amor, me hizo resucitar
¿A quién tendré que invocar, en que iglesia debo gritar
para que mi nombre por fin pueda
hacer tu corazón palpitar?
¿Qué cruz tendré que cargar
para que por fin
me puedas amar?
En Ese Vacío
Mira las estrellas,
observemos el vacío,
invoquémoslo juntos,
con tu mano cerca de la mía,
pero nunca juntas… nunca juntas.
Tú, musa platónica,
creadora de melodías,
perfeccionista y apasionada.
Quiero tenerte entre mis brazos
y besarte hasta que me sangre el alma.
Miremos las estrellas, las constelaciones,
los mundos perdidos y olvidados por el firmamento.
Quiero que nuestras almas dancen juntas
en ese vacío,
por los siglos de los siglos,
amén.
Esclavo de Tu Sombra
Escarbando en mi memoria, aún eclipsado por la ilusión de la unión de nuestros cuerpos,
ensimismado, perdido, todavía —imaginándote— percibiendo tu esencia bajo el dulce vaho
de tu piel, me cuestiono: ¿Se puede vivir sin pensar en ti?
Tengo sed de tu carne, quiero beber de tu respiración, estallar de calor al tocarte, perderme
sin rumbo en tu nombre, y vagar hasta ver la luz y el sentido de la vida.
Quiero ser aquel que yace sepultado, bajo la sonrisa de tu alma.
Como ves, no es difícil amarte, pero es muy complicado olvidarte.
Quiero aliviarte con mi calor, pero, ya no hay abrazo que sane el alma.
¿Cómo pasaste de ser una desconocida, a ser el primer y último pensamiento de mis días?
Pasé de ser invisible, a ser esclavo de tu sombra.
Gracias a ti vivo, veo al universo caer y resucitar, respiro, siento,
vivo mi vida, la tuya, la de nosotros, la de otros,
la de los vivos, la de los muertos,
ya que todas estas vidas que no viví,
las he sentido desde que te conocí.